Tras una larga y reconocida carrera inmersos en el género new wave y synthpop, Talk Talk tomaría un giro de 180º y sorprendería (y en las mentes musicales más cuadradas defraudaría) a sus miles de fanáticos. Tras el gran éxito de The Colour of Spring, veíamos en Mark Hollis a un hombre frustrado al tener que trabajar dentro de los límites del formato; y como regalo caído del edén, la agrupación se vio beneficiada por un presupuesto abierto y completo control sobre el proceso de grabación de su siguiente álbum, ello les dio libertad para crear una obra diferente. EMI ingenuamente apostaba así por un nuevo éxito sin siquiera sospechar las verdaderas intenciones de Mark Hollis. Nadie de la discográfica, ni su propio manager, pudieron asistir a las sesiones de grabación del nuevo disco, situadas en una iglesia abandonada de Suffolk, y que tardó catorce meses en salir a la luz.
Imagino los rostros de los ejecutivos de EMI cuando en Marzo de 1988 oyeron lo que la agrupación había hecho. Las canciones estaban muy alejadas de tener estructuras convencionales, todas sobrepasaban los cinco minutos de duración, las secciones instrumentales dominaban el panorama sonoro del álbum, la sublime voz del cantante Mark Hollis tenía más bien la función de ser uno entre otros instrumentos. Obviamente, hubo poca comprensión de sus necesidades creativas por parte de la compañía discográfica, quienes deben haber sentido pánico cuando las ventas empezaron a bajar. Talk Talk trató de liberarse de su contrato de grabación con EMI y tras muchos meses de litigio la banda finalmente tuvo éxito. EMI los demandó alegando que “Spirit of Eden” no era comercialmente satisfactorio. El caso fue rechazado por el tribunal.
En una entrevista a Hollis en concepto al nuevo sonido de la banda, ha dicho que anteriormente habían usado más sintetizadores porque era una forma más barata de hacer música, pero que no se identificaban con el sonido del mismo.
Debido a la complejidad de sus mezclas, no se lanzó ningún single ni se programó ninguna gira, hechos que enfurecieron a la multinacional financiadora del disco, y desembocó en que, por obligación, se lanzara I believe in you como único single.
Haciendo una retrospectiva, podemos ver dónde residían las aspiraciones de Hollis. Estaba claro que nunca se sintió cómodo con el traje del pop, con el tiempo se convertió en un ser instrospectivo, solitario y que desestimaba todas las vertientes comerciales.
Spirit of Eden es una revelación, uno de mis discos favoritos de todos los tiempos y objetivamente una de las obras musicales más brillantes del siglo XX. Increíble en cuanto a su minimalismo, atmósfera, y coronado por una voz que traslada a los senderos más misteriosos. Si bien Eden es mi canción favorita del disco, no podría hablar de cada canción en particular, todas tienen una intensidad abrumadora, todas rozan la perfección. Sus prolongados silencios, su base jazzística, influencia ambiental y letras que nadan en temáticas espirituales hacen de este disco uno de los más personales que puedan existir.
01. The Rainbow (9:09)
02. Eden (6:34)
03. Desire (6:57)
04. Inheritance (5:23)
05. I Believe in You (6:10)
06. Wealth (6:43)
Editado 16 de septiembre de 1988
EMI
Total: 40:56
(MP3 @ 320) — MEGA
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