1995 / 90s / Británico / King Crimson / Progressive Rock / Rock

King Crimson: THRAK (1995)

Es irrefutable el hecho de que a pesar de las bastas rupturas que atravesó King Crimson, la música que hacían en cada reencuentro sonaba tan fresca e innovadora como si se tratara de un grupo nuevo tratando de ofrecer una nueva propuesta musical. Esto se debe a que la agrupación siempre se caracterizó por explorar variadas y sofisticadas técnicas tanto instrumentales como compositivas para tratar que sus nuevas creaciones no fuesen un simple reciclaje de los estilos que han cultivado en el pasado (Remitiéndonos a la trilogía Discipline, Beat y Three of a Perfect Pair en relación con su primera época -aunque sus roces con la New Wave de la época gestaron discos más planos y con pocos contrastes dramáticos- vemos que ambas eras son totalmente distintas, pero igualmente interesantes y complejas).

En 1992, tras una separación que duraría varios años, la agrupación se reencuentra para crear y ensayar algo bastante diferente de lo realizado durante los años ochenta. Para empezar, además de incluir a todos los miembros de su alineación anterior (Fripp, Belew, Brudford y Levin), añadiría dos músicos más: El ejecutante de stick y guitarra Warr Trey Gunn y al baterista y percusionista Pat Matelotto, con el fín de explorar un nuevo concepto de alineación grupal, el famoso “doble trío”, que consta de dos guitarristas (Fripp/Belew), dos bajistas (Levin/Gunn -este último en THRAK sólo ejecutó el stick-) y dos bateristas (Brudford/Mastelotto).

El primer fruto de esta alineación fue el destacado EP VROOOM (1994), el cual ofrece versiones preliminares de varias de las piezas que se incluirían en el disco de este post, y que da una probada del extraordinario trabajo de este nuevo ensamble. Pero algo había cambiado. A diferencia del sonido pulcro y refinado de los ochenta, esta agrupación entrega sonidos más agresivos que, si bien recuerda en cierta manera a épocas anteriores, en THRAK se beneficiaron con las técnicas de grabación digital, un sonido más claro y una técnica instrumental más desarrollada.

THRAK incluye prácticamente entero el EP nombrado en el párrafo anterior, que fue lo más cercano a una introducción en pequeñas dosis de lo que estaba por venir, además de otros temas con sus variaciones y codas. Dejando atrás la década anterior con su famosa trilogía, nos encontramos a mediados de los noventa con una nueva sorpresa en cuanto a concepción y sonido de nuestro amado King Crimson. Este álbum nos entrega un disco sumamente sólido, variado, coherente y que, al igual que Red, sintetiza casi todos los estilos que el grupo ha cultivado a lo largo de su historia.

Una de las preguntas podría ser ¿Para qué necesitaba Fripp tanta gente?. Podemos encontrar la respuesta en querer dar rienda suelta a un sonido más duro, y obviamente en el perfeccionamiento y superación constante que siempre caracterizó a este ser. Es cierto que el sonido es mucho más agresivo, como el tema homónimo, VROOOM, y sus variaciones como la eximia VROOOM VROOOM, pero nunca sobrepasan el límite; especialmente gracias al mellotron, que al fín retoma terreno en este álbum. Y también no nos olvidemos de Adrian Belew, siempre poniéndole un freno a las locuras de Fripp con temas suaves, exquisitos y perfectos como Walking on air y One time.

Por otro lado, la estructura y orden de las canciones en el material son bastante afortunados. THRAK vuelve a poner en primer plano la demoledora alternancia de baladas líricas y melódicas, sonidos agresivos, y complejas piezas instrumentales, diversidad más que destacable y que no se apreciaba hacía varios discos.

Aparte de temas explosivos, que son la base de este álbum, la banda crea un clímax a base de ásperas guitarras y pesadas percusiones, que son como una versión un poco más pesada de temas ya consagrados, históricos e insuperables como Red y Larks’ Tongues in Aspic; y de sus correspondientes contrapuntos (las baladas de Belew), relajantes e interesantes temas en los que la voz de Adrian lo acapara todo, y nos da un momento de respiro para respirar antes del próximo golpe. También podemos destacar a temas como Dinosaur (una de mis favoritas del material), que empieza con un fantástico mellotron, como en sus mejores tiempos, pero en el que pronto entra la banda entera, con la voz de Belew y que alterna fases serenas con pasajes más feroces, y las afiladas guitarras típicas de este disco. La letra es un cachetazo a los críticos especializados que caratulaban de “dinosaurios” a las grandes bandas de los 70 que aún continuaban en la brecha, y en el estribillo se autodenomina con fuerza «I’m a dinosaur».

Por último, vale la pena resaltar que, a pesar de todas las citas y homenajes, si lo queremos llamar así, a sonidos del pasado, este álbum -como prácticamente todos los discos de Crimson- tiene su lado profundamente innovador y experimental, ya sea desde el punto de vista rítmico, como de timbre, textura y utilización de los recursos electrónicos con la guitarra, mostrados quizá de manera más explícita e interesante un lado más oscuro y siniestro.

01. VROOOM (4:38)
02. Coda: Marine 475 (2:41)
03. Dinosaur (6:37)
04. Walking on Air (4:38)
05. B’Boom (4:11)
06. THRAK (3:59)
07. Inner Garden I (1:47)
08. People (5:53)
09. Radio I (0:44)
10. One Time (5:22)
11. Radio II (1:03)
12. Inner Garden II (1:16)
13. Sex Sleep Eat Drink Dream (4:50)
14. VROOOM VROOOM (5:50)
15. VROOOM VROOOM: Coda (3:01)

Editado 3 de Abril 1995
2015 Mix (Actualizado en nueva entrada)
Virgin (1995) / DGM (2015)
Total: 56:10

(MP3 @ 320) – MEGA
Pass: thetimeisdead